Ya han pasado tres de días desde
que corriera mi cuarto maratón, el Maratón de Valencia y creo que ya puedo
ordenar por escrito un poco las ideas y
los acontecimientos de esas 3 horas y pico de running en estado puro. Han sido tres días en los que, a poco que no estuviera pensando o haciendo otra cosa
importante, mi cerebro se iba todo el rato a repasar y reordenar esos momentos.
Ordenándolos, aprendiendo de los errores, comprendiendo cosas... Es algo que me
pasa siempre en el post-maratón. Y es que el que me conozca sabe que soy un perdido
y completo flipado por esta bendita carrera de 42kms.
El fin de semana era espectacular de
por sí. Además de correr, se trataba de conocer en persona a más de 15 flipados
por el running como yo, que llevamos en contacto algunos años vía internet en
un club virtual llamado la Hermandad Running Club. Un buen día de junio alguien propuso hacer una primera quedada masiva
(porque algunos por grupos pequeños ya se conocían) para correr el maratón de
Valencia y allí que nos presentamos 15 del grupo con algún que otro familiar y
acompañante. Yo viajaba desde Sevilla con mi amigo Manuel, de Badajoz.
Formábamos la división sur-oeste ;). Así que os podéis imaginar el sábado de
saludos y presentaciones y cervezas y cenas hasta las tantas que nos metimos.
No es muy recomendable como víspera del maratón, pero es lo que tocaba.
Y ahora sí, vamos a lo que vamos: LA
CARRERA. Aunque hace un mes mi objetivo miraba el sub3:20 con ojos
golositos, las semanas previas al maratón me establecí una marca más realista
de 3:25 y me conformaba también con un sub3:30 (que tampoco hace falta bajar 10
min en cada maratón que se corra, no?).
Nada más ponerme en el cajón de
salida cometí el primer error del día. Fui con Silvia, la campeona gallega de
maratón (no es un cumplido, es verdad) y sus compis de Orense y Juan
Miguel/Juaner, otro runner de La Hermandad. Hubo un lio con una traca que la
gente de cabeza confundió con la salida (cosas de Valencia) y cuando se dio la salida auténtica pasamos bajo
el arco con unos 2-3 min de retraso. No pasaría nada si las liebres no hubieran
salido tan adelante, ¡y todas juntas! porque mi intención era pegarme a la de
3:30 y saltar de ella en algún momento de la segunda media. En fin, no hay
rastro de los globos, así que decido tirar por debajo de 5' (pero no mucho)
hasta que llegue a ese grupeto.
Corro
junto a Juaner un par de kms y enseguida lo veo alejarse. Hubiera sido un punto
quedarme con él un tiempo, pero pienso que va a un ritmo que aunque pueda
aguantar bastantes kms, luego me pasará factura. Y hasta el km10 corro con
bastante comodidad en torno a 04:50. Pero ahí está mi segundo error: el GPS me
está dando un dato incorrecto. Hasta el km28 el autolap del garmin me canta el
paso por cada km unos 180 - 250 metros antes. Eso significa que ese ritmo que
llevo es realmente más discreto, o sea, por encima de 5'. Mal.
Y de la liebre de 3:30 nada se
sabe... Entre el km 10 y 15 paso a la liebre de 4 horas!!! Y en torno a la
media maratón paso a la de 03:45!! Pero esto cómo es? Dónde está esa maldita
liebre de 3:30? Que alguien me pase una escopeta!!! En los famosos Carros de
Fuego, kms 24-25 veo a la dichosa liebre en la zona que se dobla. Ahí es cuando
cometo el tercer error de cálculo: debí apretar y si petaba pues petaba, porque
el grupo de la liebre estaba aún al alcance. Pero decidí conservar, que el
maratón es largo y realmente acababa de empezar.
Entre los kms 28 y 29 yo sigo
corriendo cómodamente a 4'55" aproximadamente. Y ahí llegan los túneles
del Paseo de la pechina (los túneles after-hours para los amigos, porque es un
túnel de unos 1000m en el que habían instalado altavoces a todo volumen con el Played
a live, el tema éste de los tambores de la época del bacalao, claro
estamos en Valencia). Y bueno, te gustara el tema o no, eso era una caja de
resonancia que flipas, a la gente se le iba la olla, las piernas y todo el
cuerpo, a mí incluido. Y con tanto túnel el GPS también pierde el norte, sur, este y oeste, por lo que deja de ser
referencia. Aunque con el subidón llego a bajar de 4' en algunos momentos del
túnel, cuando salgo a cielo abierto el ritmo por debajo de 5' ya es historia y
yo no termino de encontrar un ritmo propio en el que sentirme cómodo. Así que
voy sobreviviendo, con pocas molestias, pero sin demasiada fe en nada... Corro
a un ritmo B, por llamarlo de alguna manera, de unos 5'/km.
Entonces
llegan los kms que realmente me gustan, los que van del 32 hasta el final (me
encanta ver cómo van cayendo los kms y decirme: "venga solo un 10.000,
venga un 5000, solo 3000..."). Pero la fiesta dura apenas mil metros, a
partir del km35 noto que ya no puedo mantener siquiera ese sucedáneo de ritmo
que intenté establecer cuando el bueno se esfumó. Así que bajo de forma muy
preocupante, tanto como 20 segundos por km. No estoy agarrotado, ni tengo
calambres, simplemente no doy más. Creo que es la humedad, algo tengo que no sé
identificar. Y ya me doy por vencido en mi afán de llegar a la liebre de 3:30.
En estos últimos 7 kms, con esa sangría de 20-25" más por kms, el objetivo
de sub3:30 es imposible. Entonces recalculo objetivo e intento, al menos, hacer
MMP que está en 3:34:50.
Así que
tirando de lo que queda y animado por el público de Valencia, que en estos
últimos metros te lleva en volandas de una forma casi histérica, logro entrar
en la "meta mágica" con un tiempo de 3.33:47 (tiempo real del garmin ).
Así que al menos hago marca personal. Estoy contento más por terminar de sufrir
que por la marca, que aunque MMP por más de un minuto, es mucho más discreta que
la que venía buscando a Valencia y que yo creo que tenía/tengo en las piernas y
en la cabeza también. Bueno, quizás no en la cabeza, eso aún tengo que
analizarlo.

De una cosa, de momento, si que no aprendo. Ni el
cansancio, ni los meses de entrenamiento, ni nada, ni nadie me quitan de la
cabeza esta carrera. De hecho esta semana descanso, sí, pero la semana que
viene comienzo otro plan de entrenamiento de maratón. Un maratón que ya está en
mi horizonte. El maratón de casa. Así que nos vemos en el nuevo Maratón de
Sevilla el 24 de febrero de 2013. Volveremos al Olimpo del Olímpico. ¿¡Cómo
puedo tener tantas ganas ya!?
en tu tonica.... peaso de cronica. que pena que no pudimos compartir experiencia pero lo que si es seguro que salvo contratiempo gordo nos vemos en sevilla.
ResponderEliminarque campeon luisma enhoravuena a ver si ablamos por tlf mi cronica en nuestra pagina de cazabaches fue una pena no vernos ya ablamos un abrazo TATE
ResponderEliminar